En Remonda, entendemos la escalabilidad como la capacidad de crecer con propósito, ampliando nuestro impacto sin comprometer nuestros valores. Nuestro modelo se basa en una visión a largo plazo que combina desarrollo industrial e innovación biotecnológica, con el objetivo de transformar residuos en soluciones de alto valor añadido.
Actualmente, trabajamos con procesos circulares locales aplicados a la reutilización de residuos tanto urbanos como agroalimentarios. Sin embargo, nuestro horizonte está claro: invertir en investigación aplicada para desarrollar un bioplástico de nueva generación, obtenido a partir de un tratamiento avanzado de la cáscara, capaz de generar un biopolímero funcional, sostenible y competitivo.
Esta evolución no sólo multiplica las posibilidades de aprovechamiento del residuo, sino que abre la puerta a la creación de una industria propia basada en tecnología limpia, con potencial de replicarse en distintos entornos productivos, tanto a nivel nacional como internacional.
Gracias a la solidez técnica del equipo, a nuestras alianzas en el ámbito europeo y a una estrategia empresarial orientada al crecimiento sostenible, estamos sentando las bases para escalar de forma inteligente: desde el laboratorio a la planta industrial, y del residuo a un material del futuro.
En Remonda, la innovación es escalable cuando transforma sistemas. Y hacia ahí nos dirigimos.
